Allí estuvo y bien que se lo paso.
Recibió, junto con mas invitados, al sireno en el Puerto Viejo y participo de la Kalejira.
Primero hasta el encuentro con AndraMari, en Telletxe, y después por todo Algorta hasta la plaza San Nicolas, donde se celebro la ceremonia.
Como ya nos comentó, aprovechó para alertarle de la que le están preparando en el Abra, tanto la Autoridad Portuaria de Bilbao como las instituciones locales, provinciales, autonómicas y estatales, en forma de gravisima e irresponsable agresión ambiental a nuestro mar y costa, al pretender dispersar de millones de toneladas de peligrosos contaminantes con el tramado dragado de Punta Lucero.
Ver en : http://youtu.be/4CwJ8v3XGM0
Y eso que el propio Pintxo esta muy inquieto con los planes que existen, y se llevan a cabo , los cuales están terminando de hormigonar al completo la cuenca de su río, aumentando asi el riesgo de riadas.
El Sireno y Pintxo comentaron, y se preguntaban, si cuando llegue la draga también se sacaran la foto junto al barco al igual que hicieron recientemente con el ultimo trasatlántico.
La verdad que al Sireno no le faltaron motivos para la preocupación con las amenazas que también le venían desde tierra.
A su amada AndraMari también , los mismos, le quieren estropear incluso echarla de su propia casa, pero el animo y promesa de tod@s l@s presentes por luchar para que todo esto no suceda, y el buen ambiente festivo reinante les permitió disfrutar del momento.
La anecdota de la boda la puso un engendro, o monstruo marinoi, que surgido de una mutación producto del dragado realizado en el Abra interior, para el nuevo muelle de cruceros, se presento en la boda con la intención de estropearla pero acabo ignorado por el gran ambiente festivo que se vivió.
Se trataba de Getxizzla el karramaro mutante que asegura que hasta ahora vivía tranquilo y de buen humor en aguas del Abra y que ahora , convertido en un monstruo y con el humor cambiado, solo piensa en asustar a todos los Getxoztarras.
Motivos y razones no le faltan con la que nos quieren preparar en Punta Lucero.
En fin, que ni constructores, ni arquitectos, ni fantasmas o monstruos, ni responsables municipales fueron capaces de parar esta reivindicativa fiesta.
A pesar de los motivos para la preocupación que no falte el buen humor.
Mar y tierra unidos por la preservación de nuestro agredido y amenazado medio ambiente.
Foto El Correo
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